app Paséame, el uber canino

¿Qué sería de este mundo sin apps? Whatsapp, Waze, Uber, Instagram, YouCam Makeup, Bestie, LiveCollage, Bitmoji, ¡¡y tantas, tantísimas más!! Nos hacen la vida más fácil, rápida, linda y segura.

Para continuar con esta tendencia de “la tecnología a nuestro favor”, hay una nueva (app) que, si tienes perro, ¡¡tienes que bajar!! Se llama Paséame. Su objetivo: ayudarte a pasear a Luna, Tobi, Max, Candy, Foster o cómo sea que se llame tu mascota.

No importa si tienes uno, dos, tres o hasta cuatro doggies, el precio es el mismo: $100 pesos por una hora. Ahora que si quieres asegurar la atención del paseador al 100%, puedes contratar el servicio VID (Very Important Dog), que cuesta $200 pesos por 60 minutos. Lo mejor es que puedes revisar en tu celular por dónde van, lo que te garantiza dos cosas:

1) Que tu peludo sí está siendo paseado (y no está sentado esperando a que el paseador se acabe su cigarro o deje de chismear con el amigo).

2) Seguridad. Nada de que ya pasó la hora y tu perrito nunca regresó. ¡¡Me muero!! La verdad es que uno los llega a querer como hijos.

Personalmente no sólo me gustaría ser usuaria de Paséame, ¡sino paseadora certificada! ¿Cómo lo puedo lograr? Solamente tengo que tomar un curso de dos horas, totalmente gratuito, que imparten ya sea Víctor Iglesias o Juan Pablo Cisneros en algún parque de la Ciudad de México, y pasar el examen psicométrico. Si a ti también te late ganar un dinerito extra, visita www.paseame.com.mx para saber cuándo es la próxima capacitación.

¿Para quién es Paséame?

Obviamente la estrella de la película es el doggie, pero uno también se beneficia. Por el momento es una excelente opción para cuando estás súper ocupada y la vida simplemente no te da… ¿por qué tendría Tobi que pagar  las consecuencias de tu agenda saturada? Cuando estés a punto de azotarte, métete a la app y pide un paseador (cual Uber), o si eres de esas personas muy organizadas, programa su paseo desde antes.

En una segunda fase de la aplicación habrá la opción de dejar la llave en una caja de seguridad (Safe Box Paséame) o con el portero (Doorman), pero por lo pronto es para echarte la mano cuando tú estás en casa y puedes entregar y recibir a tu mascota, cual niño(a) hermoso(a) es.

Foto: Mariel Mayora para Ricorda Films.

La pregunta del millón: ¿quién responde si algo le pasa a mi perro?

La app misma. Conozco de primera mano a su creador, Rolando Robles, y créeme, además de tipazo es mega responsable; jamás dejaría a la buena de Dios ni al perrito ni al paseador. Por eso ha hecho alianzas con distintas veterinarias, a fin de que el paseador, si algo pasa, se pueda lanzar a la más cercana y ayudar a Tobi en lo que necesite. Todos los gastos corren a cargo de Paséame.

¿Si lo atropellan? Bueno, desgraciadamente pasear a un perrito –para ti, para mí y para quien sea– siempre representa un riesgo. En caso de fallecimiento, Paséame no responde. Pero por eso les hacen examen psicométrico a los paseadores antes de darlos de alta en la plataforma; para cerciorarse de que la persona ama a los animales y casi casi primero se avienta ella contra el carro con tal de evitar un accidente. Es duro (y triste), pero tenemos que aceptar que no todo está en nuestro control el 100% de las veces.

Rolando Robles es el creador de Paséame. El otro guapo es Cooper, un pastor alemán muy juguetón. Dato curioso: el logo de la app está inspirado en él.

¿Me pueden negar el servicio?

Sí. En este afán de “cero accidentes”, el paseador certificado –debidamente identificado con su uniforme*– puede negar el servicio si ve que el perrito está enfermo o sus accesorios no están en buenas condiciones. No estás tú para saberlo ni yo para contarlo, pero hace una semana se me ocurrió pasear a una gran danés súper linda y urgida de hacer ejercicio. No era mía, sólo me ofrecí a pasearla un domingo.

Cuál va siendo mi sorpresa cuando el collar, en pleno paseo, ¡se rompe! Como lo lees, ¡se rompió el desgraciado y desgastado collar! Me quedé con la correa en la mano. CASI ME MUERO. Las manos me empezaron a temblar porque ¿te imaginas si corría? ¡Jamás la iba a alcanzar! ¿Y si la atropellaban? Gracias a Dios era mancita y yo llevaba una cuerda, así que improvisé, pero el susto nadie me lo quita.

* El uniforme consta de un chaleco y gorra, y lo proporciona la empresa.

Cuéntame cómo te va cuando la uses. En una de esas te toco yo de paseadora jeje 🙂

 

Acerca del autor
𝗠𝗮𝘇𝗮𝘁𝗹𝗲𝗰𝗮 𝗱𝗲 𝗻𝗮𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼, chilanga de corazón. Después de haber sido editora de sociales, belleza y estilo de vida de las revistas más reconocidas de México, 𝗵𝗼𝘆 𝘀𝗼𝘆 𝗲𝗱𝗶𝘁𝗼𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗶𝗯𝗿𝗼𝘀, 𝗯𝗹𝗼𝗴𝗴𝗲𝗿 𝘆 𝗽𝗼𝗱𝗰𝗮𝘀𝘁𝗲𝗿 (Entre Brujas y Kabbalah 20/20). Amante del latte, los viajes y los animales, me gusta leer, escribir, bailar, practicar yoga y andar en bici. 𝗗𝗼𝘆 𝗰𝗹𝗮𝘀𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗽𝘆𝘄𝗿𝗶𝘁𝗶𝗻𝗴, 𝗿𝗲𝗱𝗲𝘀 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗹𝗲𝘀, 𝗺𝗮𝗿𝗸𝗲𝘁𝗶𝗻𝗴 𝗱𝗶𝗴𝗶𝘁𝗮𝗹 𝗮𝗻𝗱 𝗲𝘃𝗲𝗿𝘆𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴 𝗶𝗻 𝗯𝗲𝘁𝘄𝗲𝗲𝗻. Me declaro fan del hummus, el aguacate y las galletas María. Confieso que muchas veces me caen mejor los perros que las personas, por eso soy voluntaria asociada de la Fundación 𝗟𝗮 𝗦𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗲𝘀 𝗹𝗮 𝗘𝘀𝘁𝗲𝗿𝗶𝗹𝗶𝘇𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻.

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