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Cerrando ciclos, la mejor manera de iniciar 2023

No puedo pensar en mejor manera de iniciar el año que diciéndole adiós a lo que no es o no está. Limpiar antes de accionar es básico para manifestar. ¿De qué/quién te quieres despedir hoy?

* Este post fue originalmente publicado en loveriasecrets.com.mx

Lo primero que quiero decirte es que no necesitas la presencia, el permiso o la bendición del otro para cerrar un ciclo. Si haces un ritual, no es necesario que se entere. Si escribes una carta, NO ES NECESARIO que se le entregues (de hecho mi recomendación es que NO se le entregues aunque quieras, pero entiendo que la situación a veces lo amerita).  

Esto de romper relaciones y cerrar ciclos no sólo aplica para los asuntos del corazón; también puede terminarse una relación de amistad, de negocios, e incluso y aunque sea lastimoso, de familia. Es MUY importante que no te sientas culpable por haber terminado esa relación, si te escuchaste y decidiste que era lo mejor para ti, respeta ese deseo legítimo de tu alma de despedirse de una situación que ya no sacaba lo mejor de ti con el fin de seguir adelante.

Ahora bien, cuando digo que no necesitas del otro para cerrar un ciclo me refiero básicamente a dos razones: porque el otro no puede (se mudó a un país donde no hay servicio telefónico, se fue a vivir a una isla sin celular, sin internó en un monasterio, se registró en un retiro de silencio que dura para siempre, o bien, falleció) o porque el otro no quiere. ¿Por qué no quiere? Porque no se le da la gana, punto. No importa cuál sea la razón, tenemos que respetar la libertad del otro, y si en su libertad decide que no quiere hablar con nosotros, hay que respetar ese deseo, esa elección, esa decisión. Ni modo.

Las personas nos aman como pueden. Si no nos gusta, lo mejor es irnos, no obligar ni amenazar ni manipular al otro para que cambie ¡PORQUE NO VA A CAMBIAR! (a menos que él/ella quiera).

CERRANDO CICLOS CON ÉXITO

La mala noticia es que no tenemos control sobre las acciones de los demás. La buena noticia es que sí tenemos control sobre nuestra reacción hacia las acciones de los demás.

Yo no tengo control sobre si mi pareja decide terminar la relación, pero sí controlo mi reacción: ¿me quedo en la cama llorando todo el día o me enfoco en mí y me dedico a sanarme?, ¿me corto las venas con galleta María y abro una cuenta para stalkearlo o mejor leo libros de superación y amor propio? La elección es mía y sólo mía.

Todas quisiéramos terminar nuestras relaciones en santa paz, pero esto rara vez es posible porque en el 80% de los casos un integrante de la pareja que NO quiere terminar. De una u otra manera hay más “ganancia” en seguir esa relación que en irse, pero quizá para nosotras no es así y tenemos que honrar esa elección.

Piensa que la culpa es un juego del ego, sólo que el ego es MUY inteligente y sabe cómo hablarnos para que le hagamos caso. Personalmente creo que este tema amerita otro post completo porque la culpa puede llevarnos a cometer actos muy dolorosos contra nosotras mismas; autosabotaje le llaman también (been there, done that!).

Pero volviendo al tema que nos atañe, no aceptar la decisión del otro y querer continuar una relación con alguien que ya no quiere estar con nosotros no hace sufrir al otro tanto como a nosotros; para el otro puede ser hasta un halago (“Ay, se muere por mí, ahí anda rogándome, qué flojera. Get a life, looser!”), pero a nosotros nos esclaviza.

Haya sido a la buena o a la mala, tenemos que perdonar que el otro decidió irse porque el perdón NO es para el otro, es para nosotras.

Florencia Deffis lo describe muy bien: si yo decido meter a la jaula del enojo, la tristeza, el rencor, el resentimiento o el coraje a alguien (mi ex, por ejemplo) no sólo elijo tener un lazo energético con esa persona, sino que además yo me ato a esa persona, ¿porque quién crees que cuida la jaula para que no se escape? ¡Yo! Entonces no puedo seguir adelante y conocer a nuevas personas –nuevos galanes, nuevas amigas, nuevas socias– porque sigo aferrada al pasado y las emociones de baja vibración que el dolor me provoca.

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Está bien terminar “a la mala” porque a lo mejor todavía hay amor, pero por algo se está terminando la relación. Quizá más adelante puedan ser amigos, pero no ahora porque muchas veces eso confunde a la persona que no quiere terminar.

JUAN GABRIEL TENÍA RAZÓN

¡Es más fuerte la costumbre que el amor!

Pero afortunadamente las personas (a diferencia de los animales) tenemos conciencia y voluntad, y podemos echar mano de ellas para salir adelante y optar por un mejor futuro, un futuro diferente que nos entusiasme, ilusione y llene de energía.

Si te busca por supuesto que puede ser porque te extraña, pero esa no es una buena razón para volver. Date 21 días haciendo algo nuevo y vas a ver el cerebro crea un nuevo camino neuronal que te permitirá no extrañar lo de antes. Dicho de otra manera: una ruptura es una excelente oportunidad para crear nuevos hábitos, nuevas rutinas, ¿qué mejor momento para enfocarnos en nosotros y evolucionar?

Tenemos que dejar de querer responder todas las preguntas o responderlas “a contentillo”, es decir, no parar hasta obtener las respuestas que satisfagan a nuestro ego. ¡Cuidado! Esa es una trampa: insistir, insistir e insistir hasta que yo sienta que he obtenido la respuesta que necesito para seguir adelante.

Dejemos de buscar respuestas alternas o preguntas que fueron respondidas, pero cuya respuesta no nos gustó: “Dice que me cortó por su ex, pero estoy segura que no la quiere, que más bien es por el dinero”. Darle vueltas al asunto nos lastima, nos estanca, nos adormece la conciencia y alarga el proceso de sentirnos mejor. Si nos bloqueó de todos lados significa que no le interesa hablar con nosotros, dejemos de buscarle tres pies al gato cuando ya sabemos que tiene cuatro.

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Insistir y no aceptar la respuesta del otro entorpece nuestro proceso para sentirnos mejor.

Lo mejor que podemos hacer es validar nuestras emociones y soltar la expectativa de que la solución venga de afuera. Esa idea del amor romántico de “luchar por alguien” vamos a dejarla donde pertenece: a las películas de Hollywood. Lo más sano en la vida real no es luchar por nadie, más que por nosotras mismas.

Si diste lo mejor en esa relación y no funcionó, quédate con esa paz. Si no diste lo mejor, no te juzgues. Todos hacemos lo mejor que podemos con las herramientas que tenemos EN ESE MOMENTO. No podemos ni debemos juzgar un hecho del pasado con la misma luz/sabiduría/experiencia que tenemos hoy. Si hicimos algo hace dos años que “no estuvo bien”, hay que pensar que en ese momento estuvo bien para nosotros. Now we might know better, but back then… Somos seres en constante evolución, hay que reconocernos y aceptarnos como tales, y actuar en consecuencia.

«Puede ser que tu ex QUIERA contactarte, pero si tú sientes que no es lo mejor para ti, bloquéalo. Haz que quiera, pero NO PUEDA. No lo permitas, punto«.

PARA TERMINAR DE CERRAR, UN EJERCICIO

Este es un ejercicio que puedes encontrar en Mindalia.com que consiste en escribir una carta conformada por tres puntos. Te lo comparto porque coincido en que es una gran herramienta para cerrar ciclos de manera exitosa.

Ten en cuenta que la carta de cierre es para ti, ¡no para tu ex!, ni para nadie más. El mensaje principal es: “Gracias por el tiempo compartido” porque bueno, malo o regular, gracias a todo lo que vivieron juntos –y mucho más– es quien eres hoy.

Los 3 puntos de la carta:

1 – Te honro y te respeto
No importa si ahora mismo no lo soportas y no lo quieres volver a ver en tu vida, en algún momento lo amaste y si tuvieras su misma historia, hubieras hecho exactamente lo mismo.

2 – Me responsabilizo del 50% de todo lo que salió bien en la relación y del 50% de todo lo que salió mal en la relación
Si sientes que este porcentaje no es el que te corresponde, hay que hacer la tarea en terapia. ¿Por qué diste demasiado? ¿Por qué diste tan poquito?

3 – Te bendigo y deseo que sigas evolucionando
¡Porque a eso venimos a este plano! A nacer de una manera y morir completamente de otra. Y el proceso no debería ser tan caótico ni doloroso. Deséale eso a esa persona.  

Recuerda que todo lo que les deseamos a los demás se convierte en una realidad para nosotras, así que cuidado con andar de vengativas, rencorosas y amargadas.

Nadie da lo que no tiene y la boca habla de lo que está lleno el corazón. Eleva tu conciencia, ¡es el momento ideal para revelar una mejor versión de ti!

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Acuérdate que todo –como la ciruela– pasa. Lo bueno pasa… y lo malo, también.
Acerca del autor
𝗠𝗮𝘇𝗮𝘁𝗹𝗲𝗰𝗮 𝗱𝗲 𝗻𝗮𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼, chilanga de corazón. Después de haber sido editora de sociales, belleza y estilo de vida de las revistas más reconocidas de México, 𝗵𝗼𝘆 𝘀𝗼𝘆 𝗲𝗱𝗶𝘁𝗼𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗶𝗯𝗿𝗼𝘀, 𝗯𝗹𝗼𝗴𝗴𝗲𝗿 𝘆 𝗽𝗼𝗱𝗰𝗮𝘀𝘁𝗲𝗿 (Entre Brujas y Kabbalah 20/20). Amante del latte, los viajes y los animales, me gusta leer, escribir, bailar, practicar yoga y andar en bici. 𝗗𝗼𝘆 𝗰𝗹𝗮𝘀𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗽𝘆𝘄𝗿𝗶𝘁𝗶𝗻𝗴, 𝗿𝗲𝗱𝗲𝘀 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗹𝗲𝘀, 𝗺𝗮𝗿𝗸𝗲𝘁𝗶𝗻𝗴 𝗱𝗶𝗴𝗶𝘁𝗮𝗹 𝗮𝗻𝗱 𝗲𝘃𝗲𝗿𝘆𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴 𝗶𝗻 𝗯𝗲𝘁𝘄𝗲𝗲𝗻. Me declaro fan del hummus, el aguacate y las galletas María. Confieso que muchas veces me caen mejor los perros que las personas, por eso soy voluntaria asociada de la Fundación 𝗟𝗮 𝗦𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗲𝘀 𝗹𝗮 𝗘𝘀𝘁𝗲𝗿𝗶𝗹𝗶𝘇𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻.

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