La base de maquillaje ideal puede hacer maravillas: cubrir imperfecciones, controlar la grasa, unificar el tono… Pero cuando utilizamos una que simplemente no nos va, el efecto puede ser contraproducente. Poros tapados, acné y efecto empanizado, los tres más graves.
¿Cómo elegir la base perfecta?
Lo primero es identificar tu tipo de cutis. Una vez que lo hagas, busca un producto que intensifique o reduzca dichas características. ¿Qué SÍ queremos? Un maquillaje que promueva la hidratación, disminuya las líneas, unifique el tono, tenga un efecto tensor, controle la grasa… Lo que definitivamente NO necesitamos es un producto que tape los poros y se vea falso.
Pero ojo: aunque el producto sea una maravilla o cueste una fortuna, ¡escucha a tu piel! Si sientes que no te cae bien, te provoca salpullido o al aplicarlo te salen pellejitos (como cuando tienes las manos sucias), no es para ti y punto.
Texturas hay muchas. Elige la que más te convenga dependiendo de tus necesidades, estilo de vida y gustos. Hay algunas que se pueden aplicar con las yemas de los dedos y otras para las que es mejor utilizar una brocha o esponja (me encanta la Beauty Blender).
Al momento de aplicar la base, te recomiendo hacerlo en un lugar con luz blanca o natural, ya que la luz amarilla “se come” el producto, razón por la que generalmente se usa de más y al salir a la calle, ¡horror! Parecemos polvorones.
¿Por dónde empezar a aplicar? Siempre del centro hacia fuera en líneas verticales para aplacar los vellitos de la cara. Coloca una pequeña cantidad en la frente, nariz, barbilla y pómulos, y difumina. ¡No te olvides del cuello y las orejas!
Tip: es más fácil empezar con poco producto y añadir más, que quitar. Así que vete con cuidado.
Para tomar la mejor decisión, cuando compres una base de maquillaje fíjate en los siguientes factores:
- Ingredientes: ¿son naturales, orgánicos, minerales o químicos?
- Tono: ¿es el más parecido al color de tu piel?
- Acabado: ¿te gusta aterciopelado, luminoso, natural o mate?
- Cobertura: ¿la necesitas ligera, mediana o intensa?
- Duración: ¿la quieres larga o corta, a prueba de agua?
- Protección solar: ¿la ofrece, de cuánto?
- Precio: ¿es justa la relación calidad-inversión?
Ojo: algunas bases, al entrar en contacto con el oxígeno, cambian de color. Cuando te la pruebes, deja pasar al menos una hora para cerciorarte de que sí es tu tono ideal.
MIS RECOMENDACIONES
PIEL GRASA
Las bases fluidas son las más populares y por lo regular ofrecen una cobertura muy natural. Traducción: son ideales para el día a día. Evita los maquillajes que contengan aceites.
PIEL MIXTA
Prefiere las bases en polvo (sobre todo en la zona “T”), ya que éstas absorben el exceso de grasa y evitan el desplazamiento de los brillos.
PIEL SECA
Las bases en crema o compactas son una buena opción, ya que son más untuosas. En general son súper cubrientes, ideales para las noches largas.
PIEL CON TENDENCIA AL ACNÉ
Elige productos libres de aceites (oil-free), con ingredientes que ayuden a controlar y reducir la producción de grasa, como el ácido salicílico.
PIEL CON ROSÁCEA O SÚPER SENSIBLE
Si padeces enfermedades de la piel como rosácea, dermatitis o eczema, lo más recomendable es usar productos con ingredientes naturales u orgánicos. Para lograr mejores resultados, te sugerimos usar antes un primer a fin de disminuir la rojez y que no haya necesidad de aplicar una gran cantidad de base. En este caso, más es menos.