¿Te imaginas subir el Pico de Orizaba con sus 5 mil 670 metros de altura? Si a muchos nos da miedo y pensamos que no podemos, imagínate llegar a la cima después de padecer cáncer, sin una pierna o ciega. Aunque suene imposible, esto fue lo que lograron los integrantes de Cimas de la Esperanza, programa creado en honor a las hermanas Dornier.
Como amante de la montaña y gran promotora del hiking como actividad recreativa, escribo este post con toda la admiración hacia los fundadores e integrantes de Cimas de la Esperanza, organización creada en honor a las hermanas Dornier, Emilia y Valeria, quienes fallecieron muy jóvenes a causa de leucemia.
Si el golpe de la enfermedad de un hijo es fuerte, no me puedo ni imaginar el dolor de Pierre y Charlyne Dornier al perder no a una, sino a sus dos hijas.
¿Qué hacer con esta experiencia? Quizá algunos se quedarían viviendo en la amargura, la tristeza o la depresión… No así los Dornier, quienes en 1994, gracias a la idea de Emilia (que aún seguía con vida) crearon en Francia el programa Cumbres de la Esperanza, que consiste en demostrar que supervivientes de distintos tipos de cáncer pueden lograr lo que se propongan.
Cumbres de la Esperanza nace como un programa de la Fundación Sembrar Esperanza, cuya finalidad es mejorar las condiciones de hospitalización de niños enfermos de cáncer, ahora dirigida por Charlyne Dornier (Pierre falleció en 2021).
DEL OTRO LADO DEL ATLÁNTICO
En 2020, el empresario francés radicado en México, Mateo Dornier (hermano de Emily y Valeria), funda Cimas de la Esperanza con el apoyo de David Eliseo Hernández, gerente de responsabilidad social de Campo Vivo, la empresa mexicana más importante de productos orgánicos.
La historia de David es una de resiliencia y superación. A los 17 años fue diagnosticado con osteosarcoma, por lo que tuvieron que amputarle una pierna y la mitad de un pulmón. Aún así, David se formó como atleta de alto rendimiento (salto de longitud, sprint y bici de montaña), y aunque tuvo una recaída, se volvió a levantar.
“En volverme líder del proyecto de Cimas encontré la oportunidad de ayudar y acompañar a personas sobrevivientes de cáncer para demostrar que sí hay vida después de la enfermedad. La tríada paciente-familiar-médicos es muy similar a la tríada sobreviviente-familiar-guías, pues son la clave para lograr la remisión y la cumbre. El paralelismo entre el hospital y la montaña toma fuerza cuando los participantes intercambian sus historias de vida entre ellos y con los guías”, dice David.
Para lograr la hazaña del Pico de Orizaba (el Citlaltépetl), Mateo y David contaron con el apoyo de los hermanos César y Miguel Mendoza, creadores de la compañía de excursiones Ice & Rock, quienes se integraron como asesores técnicos elaborando planes de entrenamiento para todos los participantes.
“Este proyecto representa la oportunidad de decirle al mundo que hay un grupo de personas de diferentes edades y condiciones que cuentan con una capacidad física y mental, que bien dirigidos y enfocados pueden lograr objetivos que pudieran parecer imposibles. También es un medio para decirles a los jóvenes que están en tratamiento que hay mucho por vivir y que la vida aún nos tiene muchas sorpresas por develar”, dice César Mendoza.
Después de la pandemia (en la que falleció Charly, uno de los primeros integrantes del proyecto), los organizadores retomaron el grupo y el 25 noviembre de 2022 llegaron a la cima del Pico un puñado de supervivientes, familiares, guías y amigos.
“Cimas de la Esperanza fue un reto y una de las mejores experiencias de mi vida. El aprendizaje que me llevo es que muchas veces se me olvida lo que mi cuerpo ha hecho por mí; una vez más lo puse a prueba y me volvió a demostrar que soy capaz de lograr lo que me proponga y que la mente es más fuerte que el cuerpo”, dice Karla, de 28 años, quien venció un tipo de cáncer que se desarrolla en el sistema linfático, conocido como enfermedad de Hodgkin.
Por su parte, Víctor Vergara, de 30 años, quien a los 2 fue diagnosticado con retinoblastoma (cáncer en los ojos), confiesa que el camino nos fue fácil, pues tanto su voluntad como su coraje fueron puestos a prueba.
“Aprendí que aunque el camino sea difícil, siempre lo daré todo; lo disfrutaré, me sentiré orgulloso de mí y agradecido con Dios. Me siento muy feliz de haber conquistado la cumbre más alta de México, es algo que voy a recordar toda la vida”, dice Víctor.
Otra guerrera de la montaña fue Ximena Gutiérrez, quien se convirtió en la primera mexicana amputada de una pierna en llegar a la cima del Citlatépetl a 5,670 metros.
“Cuando agarré la tierra del cráter vi desfilar toda mi vida: el diagnóstico, los tratamientos, las cirugías, mi alta. Me sentí sumamente viva, fue como renacer”, dice la adolescente
“Este ascenso fue una de las experiencias más gratificantes de mi vida como guía de montaña”, dice Miguel Mendoza, “me hizo regresar a los orígenes del compañerismo y trabajo en equipo, fue un honor estar en la cordada de Ximena”.
¡ÚNETE A CONQUISTAR CIMAS DE LA ESPERANZA!
Si venciste al cáncer, sin importar de qué tipo, y quieres retarte en todos los sentidos con un grupo poderoso, entusiasta y lleno de energía, ¡únete a Cimas de la Esperanza! La manera más fácil es enviarles un mensaje por Instagram – @cimasdelaesperanza – para ponerse de acuerdo con los pasos a seguir.
Organizan muchas salidas de preparación para quien se sienta listo pueda apuntarse a subir el Mont Blanc este próximo verano.
“El proyecto de mi hermana ahora quiere darle la oportunidad a jóvenes mexicanos de llegar al punto más alto de Europa para descubrir que SÍ SE PUEDE. Esto es un puente de unidad entre México y Francia, y estamos muy emocionados por la cordada mexicana que irá a conquistar el Monte Blanco este 2023”, dice Dornier.
Si conoces a alguien que haya vencido el cáncer, envíale este post. Aunque sientas que es imposible o suene ridículo (“y no l@ quieras ofender” con esta propuesta tan loca), nosotros no tenemos su experiencia de vida, su mentalidad y empuje, así que sólo compárteselo y deja lo demás en manos del destino.
En una de esas nos sorprende con su foto en la cima del Mont Blanc 🙂