Siempre es una buena idea ir al Museo de Antropología, pero con el Pabellón del Encuentro de Banco Azteca, la visita se hace aún más memorable.
“#CulturaParaTodos te invita al Pabellón del Encuentro, una experiencia inmersiva en realidad virtual sobre la conmemoración de los 500 años de la caída de la Gran Tenochtitlán” se leía en la invitación que recibí hace unos días.
Estoy muy al tanto del ataque y lo ridiculizado que fue AMLO cuando exigió una disculpa de los españoles por todas las atrocidades cometidas en contra el pueblo de México hace 500 años.
Sí, España no era España y México no era México, pero aún así, me declaro #TeamAMLO. Sé que suena ridículo, lo admito, y no me importa. Lo que sí me importa es que visites el Pabellón del Encuentro para que puedas comprender mi postura (en caso de que pienses diferente… pero pensándolo bien, aunque pienses igual, es simplemente una experiencia maravillosa).
UNA PROYECCIÓN SINIGUAL
El Pabellón del Encuentro es una instalación artística que contempla una explicación de 5 minutos, un audio de 3 y una proyección de 15. Aunque la primera es valiosa y la segunda interesante, la tercera se lleva todas las palmas. Es verdaderamente una obra de arte y no me puedo ni imaginar la cantidad de horas-hombre que requirió que cobrara vida.
Esta proyección no la verás en una pantalla, sino en un monitor individual de realidad aumentada, y lo único que puedo decir es que el efecto que tiene es verdaderamente escalofriante. Conforme escribo esto se me vuelve a poner la piel de gallina. Ojalá tengas oportunidad de vivirlo.
#CULTURAPARATODOS
El Pabellón del Encuentro es un esfuerzo cultural patrocinado por Banco Azteca, la entrada es gratuita con el boleto del Museo ($80 pesos de martes a sábado, sin costo los domingos) con previa reservación online. Estará en la CDMX hasta el 28 de agosto, así que aprovecha.
Para que te animes, te cuento un poco: la forma de la instalación está inspirada en las zonas arqueológicas y las pirámides; el puente de cristal negro (entre un triángulo y otro) representa la piedra de obsidiana, mientras que el rojo ladrillo y el azul simbolizan la roca tezontle y el Lago de Texcoco.
“Esta instalación artística tiene como base el concepto de la dualidad y la monumentalidad, de manera que la arquitectura y el diseño destacan como un punto de unión entre el pasado y el presente de México”
La explicación sobre la dualidad y la monumentalidad la escuchas en el umbral, antes de pasar a la sala de audio, donde podrás apreciar –con los oídos- el arte sonoro (valga la redundancia) de Antonio Fernández Ros y su obra titulada “1521”, que incluye testimonios en lenguas mesoamericanas como ralámuli raicha (tarahuamara), zapoteco, mixteco, tepehua, mixe, tsolsil, chol, náhuatl, chichimeco, otomí y mazahua, además del español actual.
En la tercera sala es donde verás la proyección que estoy segura te dejará he-la-da. La travesía inicia en el Zócalo capitalino, que en minutos se transforma en el Recinto Sagrado de Tenochtitlán. Luego, a través de la tecnología, nos subimos al barco de Hernán Cortés y navegamos hasta llegar a las playas de la Villa Rica en 1519, cuando Cortés se encuentra con Moctezuma. Lo demás tendrás que experimentarlo por ti misma.
Etiquétame cuando vayas y no te olvides de usar el hashtag #CulturaParaTodos para unirnos a la conversación de esta iniciativa, cuya finalidad es despertar en los mexicanos los valores de responsabilidad social compartida, así como el orgullo y la identidad cultural.