Desde que tengo uso de razón, tengo dos bebidas favoritas: agua natural y café con leche (hoy en día: latte). Quienes me conocen saben que desde siempre cargo con mi botellita de agua, para arriba y para abajo. Mi mamá dice que primero se me olvida la cabeza y luego el agua. A eso súmale que una vez me dio mucha sed, y por aguantarme ¡me desmayé! Desde entonces, menos me separo de ella.
Por esta quasi-adicción, cuando me invitaron a conocer el lugar donde nace el Agua Santa María, literal brinqué de emoción. Porque además soy medio nerd y curiosa, siempre me ha gustado saber un poco más sobre las cosas de lo que se ve a simple vista. No por nada soy periodista.

Lo primero que me gustaría recordar (si acaso no sabías) es que Agua Sta. María es de Nestlé, con los beneficios que eso significa: empresa trasnacional, suiza, con altos estándares de calidad, visión primermundista. Lo segundo es que esta marca es 100% mexicana, pues proviene directamente de un manantial ubicado cerca de la Ciudad de México; más específicamente, en el pueblo Río Frío (Puebla), al pie del volcán Iztaccíhuatl.

El slogan de Agua Sta. María es “tan pura como su origen”, ¡y es muy atinado! (no sólo cuestión de marketing pues). La Reserva Santa María es un lugar único, hermoso… Ve la galería por favor, te prometo que ninguna foto tiene filtro. De verdad nos tocó un día privilegiado. El paisaje nos sorprendió desde que llegamos.
Además de la reserva tal cual, visitamos también la fábrica, que nos dejó muy impresionadas porque ya todo está muy automatizado; la mano del hombre sólo se ve a la hora de programar y alimentar las máquinas con la materia prima… y párale de contar. Todo lo demás es producción industrial: desde el “inflado” de la botella hasta el apilado final, pasando por el relleno del líquido y el etiquetado. Las medidas de seguridad son extremas (traducción: no celulares, no fotos, excepto una selfie al final, antes de tirar mi gorrito a la basura).

Para entender bien a bien cómo funciona esto del manantial y el agua, te comparto este video. Dura 2 minutos y explica el proceso muy claramente. Mucho mejor de cómo yo lo haría jijiji.
Como todo lo que es círculo virtuoso, el Agua Sta. María ha tenido un impacto súper positivo en los pueblos aledaños, ya que tienen gente dedicada a capacitar a las mujeres para que emprendan sus propios negocios y a los niños les dan cursos de diferentes temas. ¡Ojo remi cuando nos pusieron el video de los testimoniales! Qué padre cuando las empresas entienden su responsabilidad como empleadores y ejercen su liderazgo en temas sociales y ecológicos. Esto último lo digo por la enorme importancia que le dan a la reforestación de la zona (y con ello asegurar el ciclo natural del agua), así como a la protección del manantial.

Tuvimos la fortuna de que ese día el clima estuviera increíble (no frío, no calor, no lluvia), así que comimos en la casa de la reserva, pollo con mole; pero no cualquier mole, sino uno hecho por una señora que literal ganó un concurso llevado a cabo entre las mujeres de la comunidad, así que ya te imaginarás el sabor. ¡Exquisito todo! Y para terminar, dulces típicos mexicanos, ¡yummy!

A nuestro regreso a la Ciudad, nos obsequiaron una maceta lindísima (que aún adorna mi recámara). Para participar en la trivia de una igual + seis botellas de agua + una bolsa de lona + una pluma, contesta correctamente las siguientes preguntas. Envíame las respuestas por Facebook vía Inbox. Las dos primeras chicas que respondan bien, ¡ganan! #queganelamejor
1) ¿Al pie de qué volcán se localiza el manantial?
2) ¿Por qué te gusta el Agua Santa María? Menciona al menos dos razones.
3) ¿Qué fue lo último que publiqué en mi Instagram?
