Mechones, ¡mechones enteros! El pelo se me caía que daba susto… y de hecho me asusté. Creo que el trabajo, el blog, la maestría, el amor, el perro, la familia y todo lo demás hicieron de las suyas y efectivamente me estresé demasiado, hasta el punto en que mi lacia cabellera lo resintió ¡y pum! […]