A veces la gente me pregunta qué tan seguido voy a Mazatlán y casi siempre contesto lo mismo: “iba muchísimo –hasta 12 veces al año– hasta que dejé de hacerlo”. ¿Poooor? OK. Aquí las crudas razones. A falta de novio, fui a la boda de una de mis mejores amigas, repito: ¡mejores amigas!, sola. Fue […]