ARTE JOYAS, el Popo y el Izta
Personalmente me encantan los anillos. Además de aretes, son las únicas joyas que uso (no collares, no pulseras). En cuanto a las mancuernillas, me parecen un excelente regalo para los hombres, ¡lucen muchísimo cuando las usan! Ellos y los accesorios.
Cuando mi querida Claudia Azcona me enseñó las nuevas creaciones de Arte Joyas, ¡me fui para atrás! Aún más cuando me contó la leyenda de amor entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl (la puedes leer en este post, más abajo).
Las piezas están fabricadas en plata .925 y no creas que “se parecen” o están inspiradas en los volcanes, ¡no! Son exactamente idénticas en terreno, grietas y fallas geográficas gracias a la tecnología 3D que usaron los diseñadores industriales de Arte Joyas, Luis Omar Guerrero y Luis Berrón.
Cada pieza es una representación física a escala, tomada de un levantamiento tridimensional e impreso, el cual luce el terreno, grietas y fallas geológicas de los volcanes.
Tanto el anillo Popocatépetl como el anillo Iztaccihuatl están fabricados en plata .925 con revestimiento en rodio blanco o negro y detalles con zirconias swarovski.


¿Dónde comprar?
En línea o en la boutique: Avenida de la Paz 40-110, Col. San Ángel, CDMX.
===== LA LEYENDA DE AMOR ENTRE EL POPO Y EL IZTA =====
La princesa Iztaccíhuatl y el joven guerrero Popocatépetl se enamoraron sinceramente. Poco antes de partir a una batalla, Popocatépetl solicitó al padre de la doncella su mano en matrimonio. Meses después, un adversario, celoso del amor de la princesa, le dijo a la joven que Popocatépetl había muerto en la guerra. Sin saber que todo había sido un engaño, la joven murió de tristeza. Popocatépetl para honrarla, mandó cimentar una monumental tumba con cerros, la cual dio forma a una montaña. La recostó sobre aquella cumbre iluminada por el sol, la despidió con un beso, y se arrodilló delante de ella con una antorcha, prometiendo custodiar su sueño, para después morir. Con el paso del tiempo, la nieve los cubrió, uno frente a otro, convirtiéndolos en dos colosales volcanes que hoy visten nuestro México.